De Batís sí puede decirse con autoridad que es una ciudadana del mundo, puesto que lo ha recorrido en numerosos viajes. Por eso ella no entiende de fronteras y no le importa decir, por ejemplo, que en un momento dado le influyó la pintura mural egipcia o, en otro, los peces y el color del fondo del mar de las islas Maldivas. Además, su experiencia como piloto privado le da un enfoque a su obra que, en determinadas fases de su evolución, no debe ignorarse.
En definitiva, la obra de ésta autora, de sólida formación técnica, impresiona por la verdad que transmite, por la solidez de sus planteamientos y por la personalidad y especificidad desbordada de su lenguaje.
Alfredo Erias
Director del Museo das Mariñas de Betanzos - La Coruña